Calmante y equilibrante. Antiséptico. Previene virus e infecciones bacterianas y fúngicas. La vitamina C en la mandarina estimula el sistema inmunológico. Mejora el tránsito intestinal. Aumenta el apetito. Previene estrías. Elimina toxinas y regenera el tejido cutáneo. Activa la liberación de colágeno y elasticidad en la piel.